sábado, 16 de abril de 2011

- No vales nada.-

Tengo cosido a los poros de mi piel tu tacto invisible. Tengo tu olor clavado en las neuronas de mi mente, dejando a su paso todo tipo de orificios que me impiden cicatrizar. Sobresales de mi caja de recuerdos, no cierra, por eso, tengo escondido en el armario tantas canciones como fotos que lastiman y hieren hasta acabar en perforaciones que llegan hasta mi corazón. Lo tenía protegido, a base de parches imposibles, costuras que se sueltan sin compasión, abriéndote paso, atrapándote en las esquinas de mi cuarto. Sin escapatoria, como rehén de los filos de mi cama. Como cuando el polvo se arremolina a su antojo entre nosotros. Porque cuando hablo de nosotros, tampoco tu sales ileso; pero lo prefiero así, sin anestesia, que duela todo lo que tenga que doler del tirón, sin que se alargue esta agonía, para que al mirar atrás dentro de un tiempo recuerde que nada de ti mereció la pena.

No hay comentarios: