Hoy, tengo frío, un frío imposible.
Quizás es el hielo que fluye veraz por mis venas, quizás es cada uno de los lunares que surcan mi espalda, y que te atreviste a conocer, que ahora lloran frías lágrimas porque te echan de menos.. Quizás sea simplemente que voy sin brújula y sin pausa por un camino del que sólo me sirven de guía un par de pies y unas manos que tientan a ciegas.
Después, oscuridad.
Oscuridad que engulle, que atrapa en sus zarpas la letalidad de las palpitaciones de mi sonrisa, que me la arranca en etéreos movimientos y me deja desnuda en medio de la nada, con verdades desgarradas y te quieros descubiertos.
Hoy, tengo miedo.
Tengo miedo de todos los imposibles, de los posibles, de los quizás y las declaraciones de amor. Tengo miedo de tu sonrisa, de tu mirada, tengo estalagmitas por huesos y aún así se vuelven gelatina ante las plantas de tus pies cuando resbalan y me acusan de no darte amor, del zumbido de las mentiras.. Y por qué no!, también tengo miedo del sabor de tus pestañas y el de tus mejillas.. El cálido tacto de tu pelo.
Mis manos se sienten vacías, sentimientos que se ahogan en lágrimas sin sentido, mientras tú te escapas por mi culpa entre suspiros, siempre invisible, mientras mi alma se encadena a tu cintura y se escapa contigo de aquí, quedándome yo sin nada.
Una cáscara vacía que soñó una vez con amar.
Pero la fuerza se me ha agotado, y simplemente me he cansado de ser fuerte.
Sólo espero que la noche traiga consigo un Sol que me quite este frío que sólo amortigua mis pensamientos, en pequeños frascos con etiquetas en las que está escrito mi nombre, que zumban y estallan, o que simplemente no están.
Mi mente me dice que te has ido, que estoy mejor sin ti, pero mi corazón dice:
Simplemente, quiéreme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario